Hay veces que lo que nosotros creemos perfecto no es más que un espejismo de ello, puede que nosotros en nuestra mente lo imaginemos así, como algo imposible de conseguir de nuevo, algo único.
Pero otras, un simple detalle puede convertirse en los más perfecto que hay, una simple sonrisa, abrazo... Y nosotros no nos percatamos de ello.
Aunque, algo si es cierto, lo perfecto no existe, porque, si existiera, no sería nada más que una rutina a la que estamos sometidos.
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